Deporte y COVID han colisionado desde el inicio de la pandemia. Carreras, competiciones y quedadas han dejado paso a eventos virtuales, entrenamientos y salidas individuales. Desde el punto de vista de la organización de eventos deportivos, la Covid-19 ha supuesto un varapalo enorme para empresas, clubes deportivos y deportistas, tanto profesionales como amateurs. Pero vayamos por partes:
Deportistas amateur
El deporte aficionado, especialmente el individual, ha cobrado desde principios del 2020, un especial protagonismo en la salud física y mental. Las restricciones impuestas a causa de la Covid-19 limitan el ocio, las relaciones interpersonales y hasta la forma en que nos expresamos cualquier tipo de afecto. Por lo tanto es más importante que nunca cualquier válvula de escape que nos permita mantener la cordura y el deporte es siempre una excelente opción. Esto no es una opinión personal sino que se puede deducir claramente del hecho de que llevamos un año que es imposible conseguir un rodillo para la bicicleta, comprar unas pesas para casa o una cinta de correr.
Clubes deportivos
Este colectivo, sobre todo los dedicados a deportes en equipo y de interior, ha sufrido un parón enorme. Esto es más sangrante si cabe, en lo referente a las competiciones. Por motivos obvios, estas se han tenido que suspender o adaptar para evitar aglomeraciones de personas, aunque no siempre por criterios puramente técnicos o clínicos.
Importancia de los clubes deportivos
Gran parte de los eventos deportivos en este país están subvencionados por las administraciones públicas en mayor o menor medida. Pero esto no es malo. Es necesario desde el punto de vista del fomento de la actividad física o del turismo y sus consecuentes beneficios para la sociedad.
Durante la pandemia, la elevada incertidumbre en cuanto a las medidas de prevención de contagios y la presión mediática ha llevado a muchos responsables públicos a no querer mojarse para evitar la responsabilidad de un posible foco de contagio en sus eventos. Por lo tanto muchos clubes se han quedado sin la posibilidad de llevar a cabo muchas de sus carreras o actividades.
Reacción
Los clubes deportivos forman parte importante del tejido social de este país. Pero ante las restricciones sobre la aglomeración de personas han tenido que limitar en gran medida su actividad. Los eventos y competiciones han dejado paso a quedadas y entrenamientos siempre en pequeños grupos o de forma individual.
Otra reacción digna de comentar es que en algunos deportistas que no competían habitualmente, se ha notado un aumento en las licencias federativas. Esto es debido a que en algunas regiones las autoridades han limitado los desplazamientos para la práctica del deporte a estos casos.
Deporte y COVID en el ámbito profesional
Puede parecer sencillo pensar que un deportista de alto nivel lo tiene fácil para sobrellevar la pandemia por distintos motivos; existe la percepción generalizada de que un deportista de alto nivel cobra mucho dinero. También tendemos a pensar que si se aplaza una competición, con mantenerse en forma y seguir entrenando, llegará en las mismas condiciones a la misma. Por último también podemos pensar que, “bueno, sólo es deporte, no tiene tanta importancia”. Pues bien, son tres mitos que daría para mucha discusión (aunque hay más) pero intentaremos aportar una breve explicación:
Deporte como actividad profesional
Hay un porcentaje muy pequeño de deportistas de alto nivel que tienen un poder adquisitivo que les permite vivir sin otro tipo de actividad o ayuda económica. Lo que ocurre es que el bombardeo constante de los medios de comunicación con noticias, sobre futbolistas especialmente, o de otros deportes mediáticos, crean en el imaginario colectivo esa percepción de que un buen deportista lleva una vida de lujos.
Competición
En cuanto al parón en las competiciones siempre hay que tener en cuenta la importancia del calendario. Hay ocasiones en las que se planifica a uno, dos o incluso más años vista.
Por otro lado, los entrenamientos, son mucho más complejos de lo que se cree habitualmente. El deportista profesional debe escoger con precisión las competiciones a principio de temporada y adaptarlas a los objetivos específicos en cada momento. Volumen, intensidad, fuerza, macrociclos de carga y descarga, microciclos, etc. Para un deportista de élite, perder un año entero es un verdadero drama.
¿Sólo es deporte?
En lo que respecta al tercer mito citado, la banalización del deporte, podríamos extendernos mucho en esta cuestión. Cabe cualquier opinión al respecto pero, objetivamente se puede equiparar a cualquier otra actividad profesional. Es decir, es el medio de vida de mucha gente.
Aunando las otras dos cuestiones anteriores, un deportista de élite tiene una carrera profesional suficientemente corta como para verse obligado a intentar ganarse la vida lo mejor posible durante esos pocos años de su carrera deportiva.
Organizadores de eventos deportivos
Este último grupo, es sin duda el que más afectado se ha visto desde el punto de vista económico y en el que más agentes se van a quedar por el camino. Pero antes de nada veamos la importancia de este colectivo.
Importancia del sector
Lo primero que hay que tener en cuenta es que un gran evento deportivo tiene una enorme repercusión económica y social en el lugar donde se desarrolla, debido a la gran cantidad de personas que atrae a la zona.
Esto es especialmente relevante en deportes al aire libre o que se desarrollan en entornos naturales de gran interés, normalmente asociados a zonas rurales o pueblos pequeños.
Un evento deportivo no sólo consiste en la participación de deportistas. También los acompañantes, la familia o el público se acerca para disfrutar del deporte. Podemos ver un ejemplo en una carrera de montaña de larga distancia en la que participan en todas sus modalidades más de 1.000 personas. Esta puede multiplicar los visitantes por cuatro o cinco durante dos o tres días de desarrollo de la prueba. Y por supuesto, toda esta gente, come, duerme y disfruta de alternativas de ocio en la zona. Por lo tanto supone un importante empujón económico a la comarca en la que se desarrolle.
Efectos en las empresas
Por lo tanto, la organización de grandes eventos deportivos conlleva enormes esfuerzos. Implican empresas de logística, empresas de cronometraje, de geolocalización de carreras, de audiovisuales, hostelería, etc. La prohibición de estos, supone dejar en el aire el futuro de muchos trabajadores, ya que actualmente muchos se han tenido que acoger a ERTES, ERES o directamente se han quedado sin empleo.
Alternativas
En general, los organizadores de eventos han reaccionado responsablemente ante la situación. Han creado protocolos “deporte y COVID” para poder seguir llevando a cabo sus carreras; han suspendido los eventos cuando tocaba; se han reinventado organizando eventos virtuales; pero sobre todo han lidiado todo este tiempo con la incertidumbre de no saber cuando se podría volver a la normalidad.